De las tres principales fuerzas electorales, quien mejor hace actualmente las cosas en el Estado de México es, objetivamente, el PAN con una línea de acción política clara y moderada, aprovechando bien los espacios que Morena y PRI dejan por sus interminables crisis y conflictos.
*
La mayoría de los electores mexiquenses no votan por izquierda o derecha, su razonamiento en la urna es más pragmático que ideológico, vota por quién piensa es más honesto y capaz o de plano en contra de quien cree le ha fastidiado la vida. No, no será una competencia entre conservadores y liberales, se votará por las personas más que por los partidos y el eje será la confianza. Así que el logotipo Morena, PRI o PAN no significará ventaja en si mismo. La única figura que aporta inercialmente es la de Andrés Manuel.
*
Muchos priístas y ex priístas que se fueron molestos o inconformes por la conducción política de su partido, no se cansan de propagar, obviamente con el ánimo de infringir cierto daño, que todo está dispuesto para que el próximo candidato a gobernador sea el subsecretario de Gobierno, Elías Rescala, a quien le atribuyen, sin presentar un solo argumento lógico o elemento objetivo, la responsabilidad de la crisis por la que atraviesa el tricolor mexiquense. Tiempos preelectorales de grillas, intrigas y traiciones.
*
La batalla por Lerma será fascinante. El grupo político que encabeza el secretario de Desarrollo Social y operador del principal programa del gobierno “Salario Rosa”, Eric Sevilla, tendrá que defender y conservar la plaza frente a los apetitos del GAP de Morena que impulsa al ex titular de Poder Judicial, José Castillo Ambriz, que acaricia el anhelo desde hace años de ser alcalde de esa tierra.
*
El enriquecimiento de Carlos Aguilar en su paso por el servicio público es ostensible. No hay manera lógica de explicar tal patrimonio de casas, departamentos, negocios y cuentas bancarias, con el salario de 100 mil pesos mensuales que cobraba. En sus tiempos de poder se le reconocía como un personaje vil, ahora como un corrupto, un pillo al que se le ha dejado impune.