Se dice que

Que alguien le explique al “niño-reciclador” que dirige al Partido Verde, Pepe Couttolenc, qué es el sesgo cognitivo conocido como efecto Dunning-Kruger, para que se automedique. El video que subió a sus redes sociales, con violines de fondo, para dramatizar una absurda e ignorante perorata con la intención de descalificar el desempeño del gobierno ante la pandemia es francamente un bodrio con el que sólo consigue descalificarse a sí mismo. ¡Herooodes!

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Usar las imágenes de los cadáveres del hospital “Las Américas”, de Ecatepec, es de un nivel moral e intelectual ínfimo. Nunca Pepe Couttolenc ha brillado por su intelecto, pero tampoco nunca había caído tan bajo. ¿En qué estaba pensando? ¿Qué pretendía? El dirigente Verde ha descendido a las cloacas.

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Han pasado 14 años y la justicia no llega a Atenco. Justicia en ese caso conlleva colocar bajo proceso a Enrique Peña Nieto, no hay más. Las condiciones para que el exgobernador y expresidente rinda cuentas, al menos sobre ese caso, están dadas. En manos del subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, está la posibilidad. Veremos.

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El Fiscal General de Justicia presentó ante los diputados locales hace algunos días su informe anual de resultados 2019. El secretario de Finanzas entregó también al Poder Legislativo la Cuenta Pública del año anterior. Ambos actos protocolarios fueron solemnes, cómodos y tersos. Un par de actos políticos obligados por ley, pero no más. Nadie fuera de la élite del poder conoce el contenido a detalle de ambos documentos que deberían ser públicos. La rendición de cuentas así, no es más que una simulación.

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Al alcalde de Ecatepec medio cabildo se le ha venido encima. Un par de síndicos y al menos un par de regidores francamente no le aguantan, lo quisieran fuera. La izquierda suele ser, cuando se lo propone, antropófaga. Fernando Vilchis pretende hacer un buen gobierno, pero las condiciones políticas cada día se le complican. Esa historia, parece obvio, no tendrá un final feliz. Es una pena.