Se Dice Que…

Poco a poco, ante las elecciones del próximo año, el Partido Verde Ecologista se transforma en el nuevo PRI. Grupos de interés que antes accedían al poder público a través de tricolor, ahora lo intentarán con una camiseta verde. Una oleada de montielistas y peñistas están en plena conversión. La razón es que no encuentran condiciones para hacerse de alguna candidatura en el PRI, entonces lo intentarán en el Verde. La duda es ¿qué gana el Verde? Dinero, responden algunos. 

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Los peores críticos del gobernador Alfredo Del Mazo no están en la oposición, sino en su propio partido. Son priístas y ex priístas los que trinan y vociferan en su contra, no le quieren ni respetan, le desprecian. Sus análisis no son resultado del análisis objetivo, sino del rencor. Atribuyen a Del Mazo el deterioro de su status quo, han perdido negocios y espacios y no se lo perdonan. La relación del gobernador y el presidente, realmente no les importa, no existe una discrepancia ideológica o programática, son simplemente intereses.

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La correlación de fuerzas en MORENA Estado de México es muy probable que cambie, todo dependerá de que Bertha Lujan consolide su liderazgo y con ellos los personajes y grupos mexiquenses que le impulsan. No serían buenas noticias para el GAP de Higinio Martínez, significaría el principio del fin de una efímera hegemonía. Estará por verse. Daniel Serrano, seguro brincaría de gusto.

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La campaña mediática de odio ha tocado a Emilio Chuayffet a quien se ha agregado a la lista de funcionarios del sexenio anterior estigmatizados por corrupción. Alguien encontró o filtró un reporte de la Auditoria Superior de la Federación con observaciones por 199 millones de pesos sin comprobar debidamente en el periodo en el que Chuayffet fue secretario de Educación. Todos están salpicados, es como si alguien hubiera prendido un ventilador sobre un montón de mierda. 

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Humberto Castillejos Cervantes parece no estar muy preocupado por las acusaciones de extorsión y enriquecimiento que se le hacen. Orondo y excéntrico pasea a sus mastines tibetanos en Jajalpa, donde tiene una residencia, como si fuera su orgullo haber pagado millones de pesos en efectivo por sus mascotas. Su cinismo no tiene límites.