Un fallido Plan Integral para reducir la incidencia delictiva ha provocado que delitos como el homicidio dolosos sean una constante en el Estado de México. Basta contabilizar los homicidios registrados el sábado 26 de septiembre, cuando cinco hombres murieron a manos de la delincuencia en diferentes escenarios: el municipio de Toluca reportó tres casos, Capulhuac uno y Almoloya de Juárez uno.
En Toluca, el primer cadáver fue encontrado en la delegación de Tecaxic, el segundo en San Pedro Totoltepec y el tercero en San Martín Totoltepec.
La fallida promesa de la seguridad en Toluca
En agosto del 2019, el alcalde de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, entregó 500 nuevas patrullas al área de la Dirección de Seguridad Pública municipal, con el propósito de establecer un cinturón en los accesos y salidas del municipio, debido a que en la capital mexiquense existen 500 sitios con alta densidad delictiva: la zona norte, central y sur, la franja central de Capultitlán hasta San Pablo Autopan, de oriente a poniente.
Hasta ahora, el arrendamiento de esas 500 unidades no ha tenido resultado favorables y Sánchez Gómez se ha limitado a decir que en su municipio no los matan, solo “tiran” a las víctimas. Además, han crecido los “pleitos” entre las personas.
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“Hemos detectado un problema constante en Toluca y es uno de los más mencionados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública. En cuanto hace a incidencia delictiva hay muchos conflictos de personas en Toluca, me refiero a pleitos, golpes, diferencias… De ese tipo hay una problemática social muy fuerte que necesitamos atender, pero desde sus causas: necesitamos saber porqué se ha vuelto tan problemática la gente en muchos puntos de nuestra ciudad”.
Para el profesor – investigador Samuel Espejel Díaz González, de la Universidad Autónoma del Estado de México, la violencia se ha normalizado ante los constantes enfrentamientos entre grupos delincuenciales y la delincuencia que se vive en las calles.
“Para bajar los índices delictivos se necesita urgentemente programas y políticas públicas efectivas, una coordinación entre los encargados de la Seguridad en el estado”.
Violencia que se desborda
La inseguridad también ha golpeado a Capulhuac donde en los últimos dos meses se han contabilizado más de siete homicidios, la mayoría de ellos violentos. Sus policías se han limitado a acudir a las zonas donde ocurren los asesinatos nada más para acordonar; el tiempo de respuesta ante una emergencia es de más de una hora, constatan los vecinos.
Y en Almoloya de Juárez, otro de los municipios donde la policía de Seguridad Pública municipal y la Guardia Nacional no han podido hacer nada, los homicidios se han vuelto una constante: hombres embolsados, maniatados, con el tiro de gracia son escenas que se repiten una y otra vez.