“Entrar de mojado a México, esquivar los puntos de migración para poder llegar hasta aquí a Toluca”. Así ha sido la travesía de Renato Rubén Gutiérrez, migrante de El Salvador que no ha podido reanudar su viaje hacia el sueño americano a causa de la pandemia sanitaria por el nuevo coronavirus.
“Nuestra vida dio una vuelta de 380 grados por esta situación que estamos viviendo en todo el mundo. [En] los viajes en ‘La Bestia’ nos hemos expuesto a caernos o que nos asalten y pues llegar aquí es una lucha muy fuerte.”
Cuando Renato llegó a la capital mexiquense encontró apoyo en el albergue Hermanos en el camino, ya que ninguna persona le ha dado la oportunidad para trabajar.
La violencia que se vive en El Salvador, derivada de las pandillas, obligó a Renato a salir de su domicilio y buscar una fuente de trabajo que le permitiera obtener ingresos económicos para ofrecer una vida digna a su familia.
“En primer lugar, por la situación que hay en mi país pululan las pandillas. Si usted vive, digamos, en un radio de 10 cuadras y ahí no hay trabajo y busca irse a otra, ahí hay una nueva pandilla; dejan que pase tiempo y después les pegan. Ya si no obedecemos para regresar a nuestra zona, [nos] matan.”
Nelsi Washington es otra víctima de la violencia que viven miles de mujeres salvadoreñas, desde hace un mes duerme en el mismo albergue. Un día solo decidió subir al tren y alejarse de su agresor, ella también espera que la pandemia decida dejarla seguir su camino.
“Pues mi intención no era estar hasta acá, tenía muchos problemas con el papá de mi hija y tuve que salir de mi país y de mi pueblo donde yo vivía, por eso me vine para acá.”
El poco apoyo que han tenido los mantiene alerta ante los síntomas que puedan indicar que son positivos de a covid-19. No cuentan con cubrebocas, gel antibacterial o guantes.
“Con la pandemia se han complicado todas las cosas de salud, lo que teníamos antes de Servicios Médicos ahora no tenemos nada; se ha complicado la cosa de los donativos, antes venían y nos daban arroz, frijol o aceite, pero ahora no nada. Todo lo tengo que solventar yo”, comentó Armando Vilchis Vargas, responsable del albergue de migrantes.
Armando dijo que durante los cuatro meses que llevan en confinamiento han sido olvidados por las autoridades, principalmente de Salud. Y aunque no cuentan con insumos, hasta el momento no habido casos positivos de coronavirus.
“Estamos olvidados en todos los aspectos de cosas para la salud. La Secretaría de Salud ni su luz, no ha venido nadie a ver cómo estamos o hacer pruebas de covid-19.”
Actualmente en el albergue Hermanos en el Camino hay un total de 70 migrantes, quienes salen a la calle para pedir unas monedas y llevar algo de comer, a pesar de la pandemia.
“Hay unos que afortunadamente están trabajando: tengo como a unos 35 que están trabajando, ellos no aportan nada su dinero, es de ellos. Vemos cómo le hacemos porque ellos tienen que mandar dinero a su país”, expresó Armando.
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