Como ya es costumbre desde hace más de noventa años, antes de que el salga el sol, cada lunes se instala el mercado del Puente de San Bernabé, en la comunidad de Mayorazgo de León, perteneciente al municipio de Almoloya de Juárez.
La historia de este mercado empezó a escribirse cuando los pobladores de Atlacomulco e Ixtlahuaca se reunían en el predio ubicado en el km. 22.5 de la carretera Toluca – Atlacomulco para intercambiar mercancía con los que llegaban de la capital mexiquense, con los de Temoaya. “Ahí se juntaban para hacer el cambalache, el trueque”, cuenta uno de los vendedores que, desde antes de las cinco de la mañana, ya está en San Bernabé.
Más de 30 mil personas, más de 20 mil animales, más de 10 mil autos, así como incontables puestos de diversos objetos y comida -por si las compras despiertan el apetito- se distribuyen en las 21 hectáreas que abarca el Mercado del Puente de San Bernabé.
Su magnitud ha dado paso a que personas de todo el Estado de México, pero también visitantes y compradores de Zacatecas, Guanajuato, Nuevo León, Michoacán y Morelos visiten esta plaza.

Sin embargo, el mercado del Puente de San Bernabé también se ha dado a conocer por el maltrato que sufren los animales que los comerciantes ponen a la venta. En 2014, las Asociaciones Protectoras de Animales de México (APASDEM), junto con Animal Recovery Mission (ARM) denunciaron que San Bernabé es el “mercado más inhumano en el mundo contra los animales”.
En un video de 2014, la APASDEM y la ARM se documenta que caballos, burros, cerdos, vacas y ovejas eran transportados en condiciones deplorables.

La labor de un grupo de veterinarios de la Universidad Nacional Autónoma de México contribuye a que el maltrato contra los animales en el mercado del Puente de San Bernabé disminuya, en algún grado.
Enrique Córdoba Jaimes, veterinario de la UNAM, nos explica que su trabajo consiste en fomentar el bienestar animal y que, a través de la vigilancia en las instalaciones, se encargan de inspeccionar que los sitios donde se resguardan los animales estén en condiciones óptimas; por eso han implementado estructuras para embarcar y desembarcar a los equinos, mangos de manejo y pasillo amplios, con el propósito de que no haya hacinamiento.

Ya que la mayoría de los animales que se venden en San Bernabé son para consumo humano, resulta indispensable que los cuidados que les proporcionan los vendedores sean los adecuados «o de lo contrario, la calidad a la hora del consumo no será tan buena».
Así como Enrique Córdoba, en San Bernabé laboran aproximadamente cinco mil personas de empleo directo; pero también esta plaza genera nueve mil trabajos indirectos, lo que convierte a este mercado en una fuente laboral importante para los vecinos de la zona y para personas que llegan de otras latitudes.
La bastedad de mercancías que ofrece el mercado del Puente de San Bernabé es lo que atrae a las personas: «aquí encuentra usted lo que busca. Hay barato, hay caro… aquí encuentra de todo».