Entre pocos asistentes, tiempos limitados, fallas en el internet de la Legislatura, preguntas repetitivas de algunos diputados y diputadas y respuestas que no alcanzan a contestar todas las preguntas, por parte de varios funcionarios, se ha desarrollado la glosa.
Legisladores y funcionarios se adaptan a la nueva normalidad y a las medidas sanitarias como: usar cubrebocas, guardar la sana distancia, tomarse la temperatura y recibir gel antibacterial en los filtros de las entradas a la Cámara de Diputados.
El acceso es restringido, pues el aforo en el palacio del Poder Legislativo está prácticamente al 30%.
De esa forma, acuden servidores públicos y algunos acompañantes, mientras del Poder Legislativo van los siete coordinadores de los diferentes grupos parlamentarios.
También está presente un diputado por cada bancada que realiza los cuestionamientos: PAN, PRI, PT, PES, PRD, PVEM y legisladores sin partido.
Sólo Morena, al ser la fracción mayoritaria, presenta dos legisladores. También acuden los seis integrantes de la Directiva.
La primera semana de comparecencias se ha desarrollado con este nuevo formato, aunque con fallas en la transmisión de algunas de las comparecencias, pues al menos en la del secretario General de Gobierno y en la del titular de Seguridad varios minutos se perdieron porque al Congreso se le fue el internet.
Aún cuando se anunciaron cambios en la glosa, la crisis sanitaria ha obligado a mantener prácticamente el mismo formato de otros años con una exposición de la o el servidor público, dos rondas de preguntas de los diputados y las respuestas de las y los integrantes del gabinete.
Bancadas como el PRI, el Partido Verde y hasta el PRD en algún momento han declinado su segunda participación.
En no pocas ocasiones las y los diputados han rebasado los 25 minutos que tienen para preguntar, por lo cual, la presidenta de la Directiva, Karina Labastida, les ha llamado la atención y les ha pedido concluir su participación.
Eso ha generado una molestia evidente entre algunos de ellos, como la diputada sin partido, Juliana Felipa Arias, quien se ha quejado de que no le alcanza el tiempo, pero en la primera ronda de preguntas, con la secretaria de la Mujer, cuando le tocaba preguntar no estaba presente.
Las comparecencias son muy parecidas a las de otros años, aunque ahora se nota una mayor intención por respetar los tiempos y por evitar que las comparecencias se prolonguen, pues en algunos años llegaron a durar hasta cuatro horas la del secretario General de Gobierno, o la del fiscal General de Justicia.
Las comparecencias también se han caracterizado por algunas preguntas repetitivas de legisladoras y legisladores, quienes en ocasiones parecen tener la intención de abarcar todos los temas, con los secretarios o secretarias.
Y una constante en algunos servidores públicos, como el titular de Finanzas que no respondió a todos los cuestionamientos y dejó temas pendientes.
Desde el tres de noviembre inicia la segunda semana de comparecencias, con este nuevo formato aprobado por las y los diputados.
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