Divergencia ideológica no justifica violencia política, Daniel Serrano

Esta violencia contra las mujeres tiene una raíz misógina y patriarcal que vulnera la dignidad humana
5 octubre, 2020

Después de que el diputado de Ecatepec Faustino de la Cruz ejerció violencia política de género contra la legisladora Beatriz García, respecto a la reducción de síndicos y regidores en los ayuntamientos mexiquenses, Daniel Serrano, dirigente de Morena en la entidad se posicionó al respecto.

A continuación reproducimos su pronunciamiento íntegro:

Estando en una entidad en la cual cada tercer día ocurre un feminicidio, en la tercera más violenta para las mujeres en sus hogares, en la que cada hora se reciben por lo menos 5 llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra la mujer y siendo Ecatepec el municipio más violento para las mujeres, no sólo en la entidad, ni en el país, sino en toda la región latinoamericana, es una verdadera infamia que un diputado, quién se ostenta como representante popular de la mujeres, justo de un distrito de Ecatepec, trate de anular la autonomía de la Diputada Beatriz García Villegas, quien con gran firmeza, ha sido de las pocas representantes populares que se ha mantenido bajo la convicción de los valores obradoristas, no con palabrería, sino con acciones, y asimismo, defendido el proyecto de la cuarta transformación, tutelando el bienestar de las familias más pobres y señalando los actos injuriosos ocurridos en uno de los espacios de mayor despilfarro y opacidad en todo el país, la cámara de diputados del Estado de México.

De ninguna manera voy a permitir que mi nombre y mi persona sean utilizadas como instrumento de agresión contra ninguna mujer. Tengo la fortuna de coincidir ética y políticamente con muchas lideresas del Estado de México y del país, pero también, he tenido la oportunidad de disentir con muchas otras, porque eso es la democracia; pero de ninguna manera la divergencia me ha llevado a pensar, ni mucho menos a señalar que su posición es a razón del mérito de alguien más y no de ellas mismas.

Es lamentable que cierren los ojos y no reconozcan que la lucha por los derechos de las mujeres no es de ahora, en cada gran transformación de nuestro país, ellas han participado con los hombres y a pesar de los hombres. Nadie que se asuma como Protagonista del Cambio Verdadero puede negar el derecho de las militantes, porque éste partido mayoritariamente se constituyó con una base de mujeres simpatizantes, militantes, activistas y lideresas.

Antes de que llegaran personajes que hoy se sientan cómodamente en una curul de la Cámara de Diputados del Estado de México, ya había mujeres que habían recorrido casa por casa todos esos distritos, gracias a ellas, es que muchos hombres pueden usar la tribuna.

En mi larga trayectoria como actor político en el Estado de México y como fundador de éste partido movimiento, he visto como las Protagonistas del Cambio Verdadero con mérito propio, se han abierto un camino y conocen la entraña de la política y la organización, mucho mejor que los que se paran con soberbia frente a un micrófono y terminan disculpándose por no saber ni de qué fueron a hablar.

Las mujeres militantes de morena han tenido que librar la batalla del mal gobierno y al mismo tiempo la guerra contra su género, y quién les niegue su poder, capacidad y conocimiento, no es más que un oportunista de éste movimiento.

Quienes hemos trabajado en los territorios no nos podemos permitir tales aseveraciones, ya que en el andar político, mujeres y hombres nos hemos encontrado por igual, y la única diferencia es que ellas lo han hecho a pesar de los hombres y muchos hombres por encima de ellas.

No somos pocos los hombres quienes nos hemos encontrado a las mujeres disputando su propio liderazgo, construyendo su propio capital político, llevando sus programas de acción a todos los rincones mexiquenses y haciéndolo mucho mejor que nosotros; también hemos reconocido que ellas han aprendido a participar sin la necesidad de avasallar o minimizar otros liderazgos de mujeres ni tampoco de hombres, y yo he sido testigo de que ninguna ha apelado a su género como condición para exigir tratos diferenciados en detrimento de sus pares políticos, sino muy por el contrario, sin exigir más pero tampoco menos de lo que les corresponde como ciudadanas.

Por mi parte yo puedo decir que he coincidido con ellas en la defensa del país frente a los vende patrias, hemos caminado en compañía en la construcción de un nueva forma de hacer política, y eso, todavía les sigue pesando a muchos hombres que ven caer sus privilegios mal habidos y apelan a las prácticas tradicionales machistas con el objetivo de generar espacios hostiles de exclusión, invisibilización y discriminación contra las mujeres.

Ésta violencia contra las mujeres tiene una raíz misógina y patriarcal que está vulnerando la dignidad humana, que está impidiendo el avance y desarrollo de nuestras sociedades, expropiándole a las mujeres cada uno de sus derechos y sometiéndolas a una vida de pobreza, violencia y degradación sin importar su edad, su origen étnico, su condición de discapacidad o su posición social; la transgresión de los derechos políticos, culturales, sociales y económicos hacia una sola mujer, es la vulneración de todos los derechos de la humanidad y no sólo hacia las mujeres.

La era de la paridad de género en la política llegó y la igualdad de género como un principio de nuestra nación, como una ética de vida y como una manera de reorganizar todas las prácticas y estructuras institucionales de nuestro país, ha echado raíces firmes, las cuales no debemos obstaculizar y, muy por el contrario, debemos fomentar que se extiendan a lo largo y ancho de nuestra entidad mexiquense.

El peor error de los hombres machistas ha sido creer que desde su posición el mundo se mira, que desde su posición el mundo se define y que es su voz la que debe ser escuchada. Esas prácticas de odio exacerbado en contra del género femenino y en contra de las mujeres llegaron a su fin, ya no tienen lugar y deben ser denunciadas.

Celebro la firmeza de la Diputada Beatriz García Villegas, quien no dudo en tomar la tribuna para denunciar la agresión política proferida por el Diputado Faustino de la Cruz en contra de su persona, es claro que el miedo al que el machismo apela, lleva más de tres siglos dinamitándose y el 29 de septiembre quedó muy claro que está próximo a desmoronarse.

Condeno todas las formas de violencia contra las mujeres, no podemos permitir ningún acto de discriminación, cosificación y obstaculización, mucho menos conductas persistentes con expresiones de odio, haciendo uso de la violencia simbólica para simular su misoginia.

Repruebo enérgicamente las agresiones en contra de las mujeres que, en el ejercicio de un derecho, pero también de una responsabilidad, participan de la vida pública de nuestro país. Todos los actos que busquen impedir, condicionar y anular a participación política de las mujeres, deben ser severamente castigados.

Un país sin la voz de las mujeres no se puede denominar democrático.

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