Cuando la tortuosa elección presidencial estadounidense parecía encaminada hacia un desenlace, Donald Trump dijo el jueves que le están robando su segundo mandato.
Su presencia ante la prensa en la Casa Blanca fue su primera aparición pública en más 36 horas y se produjo tras una jornada en que sus tuits revelaban su desesperación por el avance de su rival demócrata Joe Biden hacia la victoria.
En su declaración de 17 minutos realizó comentarios incorrectos y se retiró sin prestarse a preguntas de los periodistas.
El recuento está en curso. El presidente pareció estar marcando un contraste entre los votos emitidos el día de la elección y los que llegaron por correo que estaban siendo escrutados después.
En varios estados clave, entre ellos Pensilvania donde está obligado a ganar si quiere mantener las esperanzas de una victoria, los votos presenciales comenzaron a contarse al cierre de las urnas el martes y le dieron una amplia ventaja sobre Biden.
Sin embargo esa ventaja comenzó a reducirse a medida que se contaban los votos enviados por correo o depositados en casillas oficiales. Ambas formas de votar son válidas.
«Estoy hablando desde hace tiempo sobre el voto por correo. Realmente destruye nuestro sistema. Es un sistema corrupto», afirmó.
A lo largo de la campaña Trump dijo una y otra vez que el voto epistolar generaría una «manipulación» de la elección. Sin embargo tanto funcionarios estadounidenses como observadores extranjeros dijeron que no hubo fraude.
«Súbitamente están encontrado votos. Es asombroso cómo esos votos por correo son tan unilaterales», dijo aunque sus propias advertencias bien pudieron predisponer a los votantes republicanos contra el voto por correo.
El voto epistolar ya era admitido en Estados Unidos antes de la pandemia de covid-19 y precisamente por la pandemia fue que este año ese sistema se expandió a niveles récord.
«Simplemente no hay sustento para la teoría conspiratoria de que el voto por correo genera fraude», dijo meses atrás Ellen Weintraub, integrante de la Comisión Electoral Federal de Estados Unidos.
«Históricamente no hemos visto ninguna clase de esfuerzo coordinado para un fraude nacional en una gran elección; ya sea por correo u otra forma», dijo.
«Estábamos ganando en todos los lugares clave, y realmente por mucho, y luego nuestros números empezaron a reducirse en secreto», denunció Trump.
Insistió con que ganó «por mucho» los decisivos estados de Pensilvania y Georgia y también cantó victoria en Michigan.
Trump estuvo a la cabeza del recuento en esos tres estados pero a medida que se contaban los votos por correo su ventaja se reducía.
Biden tiene ahora una significativa ventaja en Michigan -que según proyecciones de cadenas de TV ya ganó- y viene reduciendo rápidamente la brecha en Pensilvania.
La ventaja de Trump en el sureño estado de Georgia cayó a 0,1% mientras hablaba.
«Están intentando amañar las elecciones», dijo Trump sobre sus oponentes pero sin aportar elementos que apoyen esa afirmación.
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