El personaje de Ventura, creación de Marco Tulio Aguilera, autor colombiano radicado en México desde hace casi media centuria, me ha acompañado toda mi vida adulta: cada visita a alguna librería de viejo llevaba irremediablemente a buscar los libros (todos ellos aparecidos en editoriales pequeñas, cuyos títulos son casi inconseguibles) donde aparece este “irreverente, erudito, cruel” autor aspirante a escribir una obra maestra de la literatura universal.
De ahí que el volumen más reciente de la venturosa saga, “Formas de luz (El sentido de la melancolía)”, ganador del Premio Bellas Artes de Novela “José Rubén Romero” en la edición de 2017, me supuso un gusto al pensar que sería más fácilmente asequible. Error garrafal: visitas a múltiples librerías chilangas y ferias del libro arrojaron nada más que decepción. Ironías de la vida, fui a hallar un ejemplar en la librería que Educal tiene ¡en el aeropuerto de la Ciudad de México!
Una vez concluida la narración del allegamiento de este libro (que lleva ya más de media reseña; ustedes disculparán), puedo decir que valió la pena la espera: inicialmente, sentí decepción y un dejo de nostalgia, pues Ventura siempre fue un referente de libertad rayana en el libertinaje, un hombre sin tapujos que vivía la humana experiencia contra viento y marea. Y en “Formas de luz” encontramos a un personaje maduro, que ha vivido en depresión algunos años, rodeado solo por su esposa y su hijo. Supongo que era nostalgia pues quien esto escribe dejó atrás “la mitad de la vida”, como Dante cuando escribió su Comedia, y enfrenta ahora la llegada de las canas.
Mas, conforme se avanza en la lectura, nos damos cuenta de que el escritor lujurioso y ególatra que alguna vez aspiró a superar al Papá Grande (apodo con que García Márquez es nombrado en los libros) es solo un hombre “en tránsito de la edad adulta hacia la vejez”, como dijo el editor Joaquín Díez-Canedo. Por su parte, el poeta Jamie Labastida señaló que “Formas de luz” es “una novela densa, compleja e interesante”.
Sin ser la mejor novela protagonizada por Ventura, “Formas de luz” es un muy buen ejercicio estilístico y narrativo; al final, la valoré en su justa, madura y solemne medida.