Globalización de los patrones alimentarios

El consumo de carne y azúcares es la que muestra una tendencia hacia la convergencia de los patrones de alimentación en las regiones más pobladas del planeta
20 enero, 2020
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Apenas en agosto del año pasado publicamos en este mismo espacio una reflexión acerca de la relación innegable que tiene el cambio climático con la forma y cantidades en que se producen los alimentos que ingerimos los humanos. En aquella ocasión retomábamos la advertencia que recién había hecho el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), en el sentido de que hay una muy severa sobreexplotación agrícola y ganadera que ha llevado a una afectación del 70% de la superficie del planeta. 

En torno del mismo tema, hoy quisiera comentar un estudio recientemente publicado por la prestigiosa revista inglesa Nature, en su sección de alimentación, según el cual los sistemas alimentarios están cada vez más globalizados y se muestran interdependientes, pues las dietas en todo el mundo están cambiando. Quizá la revelación más trascendente de esta investigación es que las regiones de América del Norte, Europa y el este de Asia están convergiendo en una dieta basada en el consumo de carne y azúcares (el texto completo se puede consultar en: https://www.nature.com/articles/s43016-019-0012-2).

El grupo de investigadores que han ofrecido este estudio efectuaron una exhaustiva revisión de los datos de consumo de 18 grandes grupos de alimentos en 173 países desde 1961 y hasta el año 2013, encontrando que son cuatro combinaciones de grupos de alimentos los que predominan en el planeta: las personas que consumen básicamente carne y azúcares, las que consumen mayoritariamente vegetales, las que basan su alimentación en el consumo de raíces y frutas con almidón, y las que ingieren una mezcla de mariscos y cultivos oleaginosos.

La combinación de carne y azúcares es la que muestra una tendencia hacia la convergencia de los patrones de alimentación en las regiones más pobladas del planeta. Específicamente –dice el estudio– China, Corea del Sur y Taiwán experimentaron los mayores cambios en el suministro de alimentos en las últimas cinco décadas, lo cual implica a centenares de millones de personas. Al mismo tiempo, en países que tradicionalmente se presentaba una dieta basada en el consumo de carne, leche, grasas animales, huevos,  azúcar y edulcorantes ha venido presentándose una tendencia a consumir más vegetales.

Según demuestra este estudio, hay dos grandes tendencias casi paralelas: en países densamente poblados del este de Asia (como China) tradicionalmente se tenía una dieta vegetal, pero en el último medio siglo se ha producido un explosivo crecimiento del consumo de carnes. En dicho país, el más poblado del planeta, la proporción de cuatro grupos de alimentos en 1961 era la siguiente: 57% de la dieta eran cereales, 21% raíces ricas en almidón (como las papas), 2% eran carnes y un 1% azúcares. Pero 50 años después, en 2013, el cambio ha sido drástico: los cereales, en particular el arroz, representan el 47% de la dieta, los tubérculos han bajado al 5%, la carne ha subido hasta el 16% y el consumo de azúcares se ha duplicado.

En contraste, en países como Estados Unidos y Gran Bretaña hay una clara tendencia a reducir el consumo de carne (la reducción ha alcanzado 20%) e incrementar el de vegetales, pero siguen teniendo dietas que fomentan el sobrepeso y la obesidad, ruta en la que ahora se encuentra China, que ha pasado de una dieta que provocaba desnutrición a una que genera sobrenutrición, y por lo tanto, aumentando rápidamente sus tasas de obesidad. 

Aunque el estudio no se detienen para nada en el caso Mexicano, ya se ha documentado en diferentes estudios que nuestra dieta no es la mejor balanceada. De hecho, estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que el mexicano consume en promedio 3,024 calorías al día, lo cual rebasa en 1,024 la sugerencia que la misma instancia internacional hace de 2,000 calorías. Esto acarrea problemas de salud que hoy nos tienen es una crisis por la epidemia de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes o los padecimientos cardiacos.

Pero, igualmente debe subrayarse el hecho de que estas transformaciones globales en los patrones de alimentación de los habitantes de las regiones mayor densamente pobladas del planeta no sólo con causa de que unos 2 mil millones de seres humanos padezcan problemas de sobrepeso y obesidad, sino que  una industria creciente encaminada a proveer de carne a regiones más grandes del planeta no sólo ocupa un tercio de la tierra cultivable del globo terrestre, sino que está contribuyendo tanto o más que los automóviles a las emisiones de gases de efecto invernadero.

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